20 años de Ingeniería en Alimentos: la innovación solo tiene sentido cuando mejora la vida de otros
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20 años de Ingeniería en Alimentos: la innovación solo tiene sentido cuando mejora la vida de otros
El ITESO celebró el vigésimo aniversario de la licenciatura con una jornada que incluyó conferencias sobre innovación tecnológica, creatividad aplicada al diseño de alimentos y sustentabilidad.
Diana Alonso
“Se cumplen dos décadas de un espacio de convergencia técnica y compromiso con la vida. Un campo donde la creatividad y la rigurosidad científica se traducen en soluciones que transforman realidades”, expresó Raúl García Huerta, director del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), al inaugurar formalmente la celebración por el vigésimo aniversario de la licenciatura en Ingeniería de Alimentos del ITESO.
En su mensaje, García destacó que la carrera ha formado generaciones de profesionales capaces de desarrollar productos sostenibles, aportar innovación a la industria e incidir en la seguridad y soberanía alimentaria. “El aniversario [...] es también una oportunidad para mirar hacia el futuro. Formar ingenieras e ingenieros con excelencia técnica y profunda conciencia social, personas que comprendan que la tecnología tiene sentido en la medida en que mejore la vida de otros”, afirmó.
La actividad incluyó conferencias sobre innovación tecnológica, creatividad aplicada al diseño de alimentos y seguridad alimentaria. Sobre este último punto, el especialista invitado, Sergio Calva Estrada, cofundador de Feliu Chocolate, advirtió que el acceso a alimentos está comprometido por factores como la desigualdad y el cambio climático, lo que exige acciones inmediatas para repensar el sistema agroalimentario actual.
Lo que comemos tiene un impacto social y ambiental
Durante la conferencia “Rediseñando el sistema agroalimentario: innovación con propósito y valor que conecte con el consumidor”, Calva Estrada habló del modelo de Feliu Chocolate, una empresa que celebra la riqueza natural del cacao mexicano y apuesta por la conservación de la biodiversidad, al trabajar directamente con productores que comparten el interés por la sustentabilidad.
Señaló que el sistema agroalimentario actual opera bajo un esquema lineal que provoca la sobreexplotación de los recursos, la pérdida de biodiversidad y emisiones que agravan el cambio climático. “Está comprometida la seguridad alimentaria. Ya no estamos hablando de aquí a cinco o diez años sino la del siguiente año”, advirtió.
La conferencia también abordó la diferencia entre novedad e innovación: crear algo nuevo no es suficiente. Innovar implica ofrecer soluciones que conecten con el consumidor y respondan a los retos globales actuales. En este sentido, el cacao mexicano se presentó como un ejemplo potencial para generar productos de valor agregado. “¿Cómo debo pensar que el chocolate solo debe saber de una sola forma?”, cuestionó mientras se proyectaban imágenes de la gran variedad de semillas de cacao que existen en México. Con esto, invitó a reflexionar sobre los estándares impuestos por la industria.
Calva relató cómo su trayectoria lo llevó de la investigación de la economía circular al diseño de empaques biodegradables y, finalmente, al cacao. Su experiencia en procesos fermentativos en fincas de Chiapas le reveló el potencial del país para producir chocolates con perfiles aromáticos únicos. Hoy, su empresa trabaja con más de diez productores y ha obtenido 45 medallas internacionales, entre ellas siete de oro y dos de plata en los International Chocolate Awards, capítulo Américas, uno de los certámenes más prestigiosos a nivel mundial que evalúa la calidad aromática del chocolate. Además, la marca se encuentra en más de 90 cafeterías en México y ha logrado exportar a Canadá, Italia y España.
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